domingo, 1 de mayo de 2016

Y ...¿DE DÓNDE LO SACASTE?

...Y la pregunta no se refiere a un juego de magia en el que aparecen de la nada cosas tan dispares como un pañuelo, un cigarrillo encendido o un asustado conejillo blanco. La pregunta intenta indagar sobre el nombre de nuestra librería, y no se sorprendan al saber que la mayoría de las veces ha sido formulada por lectores ávidos. No, no se sorprendan ya que la mayoría de ávidos lectores o lectores a secas sólo lo son de novela ( Ah! La dictadura de la novela que dice mi amigo F.), de cuentos (acaso) y un poco de poesía, pero nada de nada de teatro.
Así que tan solo cuatro personas esbozaron una sonrisa al reconocer el nombre como el de la genial obra teatral del francés de origen rumano Eugène Ionesco. “Es genial”, “siempre me ha gustado”, “tengo que volver a leerla”,... estos fueron algunos de los comentarios que seguían a la sonrisa. Pues eso: La Cantante Calva es el landmark del teatro del absurdo, cultivado además de por Ionesco, por Samuel Beckett, Miguel Mihura o Enrique Jardiel Poncela entre muchos otros.
Absurdo no implica significado vacuo sino un recurso para encubrir siempre una crítica social, política... En La Cantante Calva el reloj marca las horas que le da la gana, los personajes se pierden en soliloquios frenéticos, los matrimonios no se reconocen al verse fuera de su cubículo, la cantante no aparece ni tampoco es esperada y sin embargo supone el título de la obra dramática. La sátira social es ponzoñosa, hay que verla así. Hasta el lenguaje pierde su sentido, que es el de comunicar, y finalmente se desarticula, descomponiéndose el discurso en sílabas, letras, sonidos. Desaparece.
La risa está asegurada. Para muestra cualquiera de sus escenas. Léanla y pasen por su espacio, el espacio que le dedicamos en La Lila, 4 (en la plazoleta). Oviedo.
Gracias.

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